HUMEDALES CONTINENTALES DE CHILOÉ
¿QUÉ ES UN HUMEDAL CONTINENTAL?
Son ecosistemas interiores saturados de agua en la superficie o bajo capas de crecimiento vegetal.
Son ecosistemas interiores saturados de agua en la superficie o bajo capas de crecimiento vegetal.
En Chiloé es posible identificar 3 grandes tipos morfológicos de sistemas de humedales continentales.
Ribereños, son aquellas tierras inundables frecuentemente por el desbordamiento de los ríos. Ejemplo de ellos son los bosques anegados, hualves y manglares.
Lacustres, son aquellas zonas cubiertas de agua permanentemente con baja circulación. Ejemplo de ellos son las lagunas en general y los lagos de origen glacial.
Palustres, son aquellos ecosistemas que contienen casi permanentemente agua. Ejemplo de ellos son las turberas, pantanos, lodazales y vegas.
Son un tipo de humedal donde se produce y acumula progresivamente materia orgánica muerta, que proviene de plantas adaptadas a vivir en sitios inundados de agua, con un bajo contenido de oxígeno y escasa disponibilidad de nutrientes.
Estos lugares saturados de agua, tienen en la superficie una capa de plantas que está biológicamente activa (viva). Una de las plantas más destacada es el musgo Sphagnum (pompón), el cual tiene una gran capacidad de retener humedad, además de incrementar la acidez del medio. Esta acidez, combinada con una baja disponibilidad de oxígeno, inhibe la supervivencia de varios organismos, entre ellos una parte importante de los descomponedores.
En estos ecosistemas se produce una mayor cantidad de materia orgánica de la que se puede descomponer, por lo que se acumula progresivamente materia muerta, que proviene de plantas adaptadas a vivir en sitios inundados de agua, con un bajo contenido de oxígeno y escasa disponibilidad de nutrientes. La materia orgánica muerta que se acumula es lo que se conoce como turba.
Las turberas son humedales continentales palustres formados por la acumulación de turba y que poseen una vegetación actual formadora de más turba.
Están conformadas por una parte profunda, la turba y de otra superficial, el pompón.
Son fundamentales para el abastecimiento de agua en Chiloé, ya que son verdaderas esponjas que permiten regular el flujo hídrico y así acumular o liberar agua según la temporada.
¿CÓMO SE FORMARON LAS TURBERAS EN CHILOÉ?
Durante las eras glaciares del Pleistoceno, gran parte del territorio de la Décima Región de Los Lagos, Chile fue afectado por una intensa actividad glacial (Porter, 1981).
Casquetes glaciares cubrieron el valle central de esta zona (Hauser, 1996), así como la parte de la actual Isla Grande de Chiloé, formando un paisaje caracterizado por hielo y material sedimentario (Zegers et al., 2006).
El descenso de la actividad glacial debido al progresivo aumento de la temperatura que se inició hace unos 13.000 años determinó el retiro de los glaciares, dejando grandes masas de agua producto de la fusión del hielo, lo que permitió la formación de grandes lagos y lagunas glaciares (Porter, 1981).
En estos sectores de restringido drenaje, se generaron especiales condiciones climáticas que favorecieron el dominio de musgos del género Sphagnum, que permitió la importante acumulación de materia orgánica, que con posterioridad se transformaron en extensas turberas (Hauser, 1996).
Por otra parte, en la Región de Los Lagos es posible encontrar otras áreas dominadas por Sphagnum, que corresponden a sitios colonizados por este musgo tras la quema o tala rasa de bosques desarrollados sobre suelos de tipo Ñadi.
Estos suelos de origen volcánico, delgados y ricos en materia orgánica, están compuestos por una capa inferior que es un sustrato de ripio de origen fluvioglacial (aguas procedentes de la fusión de glaciares).
Sobre éste se encuentra una capa impermeable de óxidos de fierro, aluminio y sílice, llamado “fierrillo”, que provoca las condiciones de saturación de agua y drenaje deficiente y una capa superior de materia orgánica (Ramírez et al., 1996).
Las condiciones de anegamiento que presentan estos sitios durante gran parte del año, favorecen la colonización, establecimiento y posterior acumulación de Sphagnum, formándose así turberas que han sido llamadas antropogénicas o “Pomponales” (localmente) (Zegers et al., 2006).
En consecuencia, a estos ecosistemas se les ha concedido un origen antrópico, producto de la intensa degradación del bosque nativo, producida principalmente después de 1850, con la colonización europea (Armesto et al., 1994).
FUENTE: Dra. Carolina A. León, Universidad Bernardo O’Higgins.
Las turberas prestan importantes servicios ecosistémicos, esto significa que entregan beneficios a las personas y al planeta: