Los humedales son ecosistemas de transición entre un ecosistema terrestre y uno acuático, que están temporal o permanentemente inundados, regulados por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan. Generalmente se los identifica como superficies cubiertas de agua o áreas en las que el agua subterránea aflora a la superficie.
Los humedales presentan condiciones únicas que propician la presencia de gran variedad de especies de plantas, animales y otros organismos interdependientes. Bajo el concepto de humedales se incluyen diferentes tipos de ecosistemas, entre los que se pueden mencionar los lagos, lagunas, ríos, esteros, arroyos, pantanos, turberas, pomponales, pantanos, ñadis, hualves, bosques pantanosos, marismas, estuarios, golfos, canales, intermareales, planicies fango arenosas, playas y bordes costeros.
La Convención RAMSAR (ratificado por Chile el año 1981) considera como humedales las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros.
Desde esta perspectiva el concepto de ecosistema de humedal debe considerar el núcleo del humedal y la periferia o zona adyacente de resguardo, donde los aportes e influencias acuáticas y terrestres determinan la estructura, funcionamiento natural, sobrevivencia y sustentabilidad del humedal. Si se interrumpe el curso o flujo de agua y/o se contamina la zona de resguardo del humedal, el núcleo del humedal será drásticamente alterado o destruido. Esta zona periférica se podría extender según la topografía y geología en 1 o más millas.
Los humedales son vitales para la supervivencia humana. Son uno de los entornos más productivos del mundo, cunas de diversidad biológica, y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir.
Los humedales son indispensables por los innumerables beneficios o “servicios ecosistémicos” que brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático (RAMSAR 1971).
Los humedales cumplen una serie de roles de gran relevancia. Estos roles se conocen como servicios ecosistémicos y son aquellos beneficios que la gente obtiene de estos ecosistemas.
Cuando los humedales ya no son capaces de cumplir sus servicios ecosistémicos, esto genera costos importantes para todos los ciudadanos.
Sólo un buen conocimiento del funcionamiento de los humedales permitirá su uso responsable, sin sobreexplotarlos o degradarlos.
Su importancia intrínseca radica en que son ecosistemas de identidad propia en cuanto a la conjunción armónica y persistente de constituyentes e influencias marina, terrestre y atmosférica; todo ello determina su alta diversidad y producción, su carácter de servir de asentamiento y crianza de larvas y juveniles de peces y mariscos y lugar de asentamiento de aves, etc.
Más aun, los humedales ofrecen muchos servicios al hombre ya que constituyen filtros naturales para mejorar la calidad del agua, por mitigar el impacto de inundaciones, por constituir sitios predilectos de esparcimiento, como el senderismo, la pesca deportiva y artesanal, la observación de aves, flora y fauna endémicas y simplemente para el gozo del paisaje, el silencio, la paz y estímulo a las artes.
La degradación de los humedales es el resultado de una responsabilidad compartida entre los usuarios y las instituciones responsables de su uso. Entre las principales causas de su degradación están el desarrollo urbanístico, e industrial y la mega industria acuícola tanto la salmonicultura como la mitilicultura. Junto a esta causa, la ineficiencia institucional y jurídica responsables de la fiscalización y control de las actividades humanas en el borde costero y en los humedales tierra adentro, atentan contra la sustentabilidad de los humedales.
Para asegurar una integración idónea de estos medios naturales en nuestras ciudades y nuestros campos, el conocimiento de sus funciones y de su ubicación nos permite promover gestiones y ordenamientos adaptados.
Sirven de reservorio de agua dulce, filtran el agua de desperdicios nocivos y recargan las aguas subterráneas.
Capturan carbono de la atmósfera y lo almacenan, por lo que son un buen estabilizador del clima. Como contienen 1/3 de las reservas de carbono del mundo son fundamentales para combatir el cambio climático.
Controlan la erosión y contribuyen a la reducción de riesgos por desastres naturales, como las inundaciones y las sequías
La existencia de material orgánico propicia la presencia de una gran diversidad de especies. Los humedales costeros son determinantes para las aves migratorias por la disponibilidad de áreas de alimentación, descanso y reproducción.
Son parte escencial del paisaje cultural de Chiloé, contienen un alto valor identitario, son escenario y soporte de prácticas y tradicionales locales. Además son fuente de espiritualidad y contemplación.
Son espacios privilegiados para transmitir conocimientos, formar valores y promover actitudes y conductas que fomenten una convivencia armónica entre los seres humanos, su cultura y el medio ambiente.
Son fuentes de alimentos y aportan recursos a la producción agrícola, ganadera, acuícola y pesquera.
Presentan oportunidades para el desarrollo de actividades turísticas sustentables, con buenas prácticas que permitan garantizar la sostenibilidad de los atractivos naturales de los que se hace uso contribuyendo así a la conservación de estos ecosistemas y paisajes.
Los humedales son fuente de subsistencia y empleo para millones de personas.
– Son fuente de alimentos, materiales de construcción y plantas medicinales.
– Aportan recursos a la producción agrícola, ganadera, acuícola y pesquera.
– Unidad de producción biológica: Producción agrícola (pompón) y Producción acuícola (salmón, chorito, abalón, ostras)
TURISMO Y RECREACIÓN: Presentan oportunidades para el desarrollo de actividades turísticas y recreativas debido a su belleza escénica y significancia cultural. Sirven de
soporte para actividades de senderismo, navegación, observación de aves, flora y fauna endémica, y pesca deportiva.
Los humedales contribuyen a la reducción de riesgos por desastres naturales a través de la prevención contra inundaciones y reducción de las consecuencias de las
sequías. Los humedales son capaces de almacenar carbono a través de la fijación de CO2 que está en la atmósfera (en mayor medida que los bosques) como por ejemplo
acumulándolo en las capas de turba.
Los humedales cumplen importantes servicios hidrológicos. Gracias a sus
funciones depuradoras participan en la desnitrificación, desfosfatación, retención de
tóxicos y micro contaminantes, y captación de materia en suspensión en el agua.
Son vitales para el almacenamiento de agua lluvia en Chiloé, dado que el archipiélago no
cuenta con suministro de agua proveniente de deshielos de montañas, como ocurre en el
continente. También contribuyen al control de inundaciones.
Los humedales contienen aproximadamente 1/3 de las reservas de carbono del mundo. Al capturar y almacenar carbono de la atmósfera son un buen agente
de estabilización del clima, por lo que son importantes aliados en la lucha contra el cambio climático. Su destrucción o simple degradación empeora el calentamiento global,
aumentando las emisiones de gas invernadero en cantidades alarmantes, lo que a su vez provoca costos para todos los ciudadanos. Incluso pueden servir como ambientes para
mitigar tormentas y tsunamis.